La cirugía protésica de cadera ha sido el tratamiento utilizado en la patología de la cadera desde el adulto joven hasta el paciente de mayor edad. Y los resultados de la cirugía primaria han sido muy satisfactorios, hasta el punto de ser considerada como el mejor procedimiento quirúrgico del siglo XX. Sin embargo, una esperanza de vida cada vez mayor y los resultados no tan satisfactorios con la cirugía de revisión protésica, nos plantean la necesidad de desarrollar tratamientos que prevengan el desarrollo de una patología degenerativa en la cadera. A principios del 2000 se desarrollan técnicas quirúrgicas que intentan dar respuesta a este problema. Por un lado, osteotomías acetabulares y/o femorales que intentan resolver el problema de cobertura acetabular y mejorar la mecánica del movimiento articular. Por otro la luxación segura que permite un acceso a la articulación de la cadera sin afectar a la vascularización y resolver problemas de conflicto de espacio. Y en la última década, la artroscopia de cadera como técnica mínimamente invasiva para la resolución de los conflictos de espacio con resultados similares a la cirugía abierta. La tendencia en el número de procedimientos artroscópicos ha sido de incremento constante y desde el 2008 al 2018 ha sido de un 790,3%. Y es de prever un incremento en la década actual.
A nivel mundial se están implementando programas de preservación de cadera que pospongan o prevengan la necesidad de una cirugía protésica de cadera en el futuro. Y ello acentuará la necesidad de formación de profesionales en estos procedimientos quirúrgicos, con implicaciones en los servicios de rehabilitación y fisioterapia.